La alimentación correcta no es una dieta, sino un estilo de vida que te dará salud, energía y bienestar durante muchos años
El ritmo de vida moderno a menudo nos obliga a comer sobre la marcha, elegir comida rápida y alimentos semielaborados. Sin embargo, nuestro cuerpo es un verdadero templo que requiere combustible de calidad para un funcionamiento eficaz.
Una alimentación adecuada no solo ayuda a mantener un peso normal, sino que también reduce el riesgo de muchas enfermedades, mejora el funcionamiento del sistema inmunológico, aumenta la concentración y la eficiencia, proporciona una piel hermosa y un cabello saludable.
Incluya en su dieta productos de todos los grupos: verduras, frutas, proteínas, cereales, lácteos, grasas saludables. La variedad proporciona al organismo todos los nutrientes necesarios.
Mantenga la proporción correcta de proteínas, grasas y carbohidratos. La proporción ideal para muchos: 20% de proteínas, 30% de grasas, 50% de carbohidratos del total de calorías de la dieta.
Dé preferencia a los alimentos frescos y no procesados. Minimice el consumo de alimentos semielaborados, comida rápida y productos con aditivos.
Coma porciones pequeñas 4-5 veces al día. Esto ayuda a mantener niveles estables de azúcar en la sangre y evitar el exceso de comida.
Beba suficiente agua - aproximadamente 30 ml por 1 kg de peso. El agua participa en todos los procesos del organismo y es necesaria para la salud.
Escuche las señales de su cuerpo. Coma despacio, disfrutando de cada bocado, y deténgase cuando sienta saciedad.
Las proteínas son el material de construcción para todas las células del cuerpo. Son necesarias para el crecimiento y la recuperación de los tejidos.
Los carbohidratos son la principal fuente de energía. Elija carbohidratos complejos con bajo índice glucémico.
Las grasas juegan un papel importante en el funcionamiento del cerebro, la absorción de vitaminas y el mantenimiento del equilibrio hormonal.
Las verduras son una fuente de vitaminas, minerales, antioxidantes y fibra. Se recomienda comer al menos 400 g diariamente.
Avena con agua o leche baja en grasa con bayas y frutos secos
Tortilla de 2 huevos con verduras
Té verde o café sin azúcar
Una manzana u otra fruta
Un puñado de frutos secos o 1-2 galletas integrales con requesón
Sopa de caldo vegetal
Pescado al horno con guarnición de quinoa o trigo sarraceno
Ensalada de verduras frescas, aliñada con aceite de oliva
Yogur bajo en grasa sin aditivos
Bayas o frutas frescas
Pechuga de pollo o tofu, horneados con hierbas
Verduras estofadas o frescas
Porción de legumbres (lentejas, garbanzos)
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